El té verde es la bebida más sana del planeta. Es un producto derivado de la Camellia sinensis y se usa como infusión o directamente como una medicina natural.
Esta bebida nos ayuda a combatir los temidos radicales libres, manteniendo nuestro sistema inmune sano y fuerte. Hoy en día estamos expuestos diariamente a los radicales libres que aceleran nuestro envejecimiento y aumentan el riesgo de desarrollar cáncer y otras enfermedades graves.
Propiedades del té verde
Carece de calorías y no contiene proteínas, grasas ni carbohidratos. Por el contrario, supone una fuente de vitaminas, como la A, C y E, algunas del complejo B, y oligoelementos como manganeso, flúor, cinc y cobre.
Poderoso antioxidante
Está compuesto por un grupo de sustancias con una extraordinaria capacidad antioxidante, que ayudan a prevenir el daño celular y proporcionan otros beneficios.
Un estimulante suave
El té verde contiene menos cafeína que el café, pero suficiente para producir los mismos efectos sin causar el efecto nervioso asociado con la ingesta de demasiada cafeína, aún así debe tomarse con moderación.
El matcha (té verde japonés en polvo) es la presentación con mayor contenido de cafeína (y también de antioxidantes).
Beneficios para la salud del té verde
Mejora el funcionamiento del cerebro
Gracias a la cafeína que contiene favorece el estado de alerta y agudiza las habilidades intelectuales. La cafeína produce en el cerebro el bloqueo de un neurotransmisor inhibidor llamado adenosina. De esta forma, incrementa la activación de las neuronas y la concentración de los neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina. Además, produce mejoras en varios aspectos de la función cerebral, entre los que se incluyen las mejoras en el humor, el control, el tiempo de reacción y la memoria.
Muchas personas dicen que obtienen energía más estable y son mucho más productivos cuando beben té verde en vez de café.
El té verde mejora la función cerebral en el corto plazo y también puede proteger el cerebro en la vejez. Los compuestos bioactivos presentes en el té verde no solo mejora el funcionamiento del cerebro, sino que previene su degeneración ya que tiene efectos protectores sobre las neuronas y por lo tanto puede reducir el riesgo de Alzheimer y de Parkinson, los dos trastornos neurodegenerativos más comunes.
Favorece la quema de grasa

Si mira las lista de ingredientes de cualquier suplemento para la reducción de grasa, se dará cuenta de que el té verde es uno de ellos.
En varias investigaciones se ha determinado que el poder de oxidación de grasa del té verde ha ayudado a bajar de peso y a estimular el metabolismo hasta un 17 % más,, lo que mejora la capacidad de quemar calorías actuando como un cardioprotector y un poderoso diurético natural. Siempre y cuando haga un cambio en su alimentación y se combine con ejercicio,
También se ha demostrado que la cafeína por sí sola mejora el rendimiento físico mediante la movilización de los ácidos grasos procedentes de los tejidos grasos y los convierte en una fuente de energía. El efecto sobre el metabolismo implica que el cuerpo es capaz de obtener más energía (un 4% más) cuando la necesita, por ejemplo, durante una actividad deportiva intensa (aumenta el rendimiento entre 11 y 12%).
Previene enfermedades cardiovasculares
El infarto y otras enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en los países europeos. Los que toman té verde tienen un 31% menos de posibilidades de alguna enfermedad de carácter cardiovascular. Funciona en el revestimiento de los vasos sanguíneos, lo que ayuda a mantener relajado y capaz de soportar la presión arterial. También ayuda a proteger la formación de coágulos, que son la causa principal de ataques cardiacos.
El té verde ayuda a reducir el colesterol malo en la sangre y regula los niveles de glucosa en la desaceleración de la subida del azúcar en la sangre después de comer. Esto puede evitar los puntos altos de insulina y el almacenamiento de grasa resultante.
El té verde podría disminuir el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer
El cáncer aparece debido a un crecimiento descontrolado de células y es una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Está demostrado que el daño oxidativo contribuye al desarrollo del cáncer y que los antioxidantes podrían tener un efecto protector. Las propiedades antioxidante del té verde se asocian con un menor riesgo de sufrir cáncer de pecho (20-30% menos), próstata (48% menos), colorrectal (42% menos).
Esto no quiere decir que sea un anticancerígeno, si no que su consumo regular y de forma moderada puede ayudar a la prevención de la aparición de cáncer.
Ayuda a combatir el envejecimiento
El té verde es muy conocido como la bebida de la eterna juventud, ayuda a prevenir el envejecimiento y las arrugas, esto es debido a sus poderosos antioxidantes y sus propiedades antiinflamatorias que posee. Su aplicación directa sobre la piel, puede ayudar a reducir el daño producido por el sol.
Fortalece los huesos y reduce el riesgo de padecer artritis
El té verde tiene el beneficio de fortalecer y proteger la densidad mineral de los huesos de la columna vertebral y el sector de la cadera ya que una de las propiedades del té verde estaría altamente ligado a la presencia de fluoruro. También tiene propiedades para ayudar a la formación ósea.
También tiene un gran poder analgésico y antinflamatorio, lo que hace que sea una ayuda para el tratamiento de artritis y enfermedades de carácter inflamatorio.
Ayuda a la salud dental y disminuye el riesgo de sufrir una infección
Las catequinas del té verde pueden matar bacterias e inhibir los virus como el de influenza, lo que disminuye el riesgo de sufrir infecciones. El consumo de este té se relaciona con las mejoras en la salud dental, con la disminución en el riesgo de padecer caries y con la reducción del mal aliento.
Cómo se prepara el té verde
- La forma clásica de prepar el té verde es hervir el agua y dejarla enfriar durante diez minutos para que la temperatura baje hasta los 70-80 ºC.
- El agua no puede ser del grifo, pues el cloro y otros elementos afectarían a su sabor y propiedades. La más indicada es la mineral natural pobre en sodio y calcio.
- La tetera se calienta antes de echar el agua en ella para que no reduzca bruscamente la temperatura.
- La dosis de té es de una cucharadita rasa –aproximadamente 2 g – por taza.
- La mayoría de variedades deben reposar de 2 a 3 minutos. Durante este tiempo podremos observar como las hojas se despliegan y liberan las benéficas y sabrosas sustancias que contienen.
- Luego se pasa por un filtro (mejor de tela que metálico) y el té ya estará preparado. Si se desea se puede añadir un poco de azúcar integral de caña o cande (en cristales grandes), aunque no es necesario.
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