Al hábito compulsivo de “morderse las uñas” se le conoce como onicofagia. Normalmente este trastorno aparece en la etapa infantil y va disminuyendo con los años, aunque en muchos casos nunca llega a desaparecer.
Cuando se trata de un trastorno leve no es necesario darle demasiada importancia. Pero es preferible eliminar esta mala costumbre antes de que vaya a más, ya que en un futuro puede provocar problemas en los dientes, deformaciones de la cutícula, infecciones o en casos extremos la pérdida de la uña.
Causas de morderse las uñas
Imitación
En la infancia se puede aprender este patrón de comportamiento por repetición, por aprendizaje de una persona de referencia, normalmente del entorno familiar que lo padezca.
Ansiedad o estrés
Ante situaciones difíciles y estresantes, la persona recurrirá inconscientemente a este hábito.
Baja autoestima
Los problemas de autoestima se pueden exteriorizar de muchas maneras. Una de ellas es morderse las uñas.
Timidez
En una persona introvertida, este mecanismo le sirve para liberar parte de la tensión que padece.
Pensamientos obsesivos
La necesidad de liberación de la tensión mental por pensamientos repetitivos provoca esta conducta.
Morderse las uñas es un hábito que con paciencia y un poco de esfuerzo se puede erradicar, y aquí te damos las pautas para conseguirlo.
Pasos para dejar de morderse las uñas
1. Concienciarte
Para hacer cualquier cambio en tu vida, lo primero que necesitas es fuerza de voluntad. Será un proceso con altos y bajos, y deberás estar concienciado, ser paciente y fuerte. ¡La recompensa merecerá la pena!
2. Reflexiona
Como ya hemos visto, la onicofagia suele estar provocada por diferentes situaciones. Lo siguiente que tendrás que hacer es detectar en qué momentos te muertes las uñas y qué lo provoca. De esta manera podrás intentar evitarlo.
3. Evita los productos estimulantes
Este trastorno compulsivo está relacionado en la mayor parte con la ansiedad, por lo que consumir productos estimulantes tales como el café o el té, son contraproducentes en este caso.
4. Busca un sustitutivo
Cuando las ganas de morderte las uñas te superen, busca un sustitutivo. Puedes prepararte un aperitivo, realizar respiraciones profundas o ponerte música. Pero oblígate a eliminar de tu mente ese pensamiento.
5. Mantén tus manos limpias
Muerdas tu uñas o no, este paso es muy importante, ya que nuestras manos están en contacto permanente con todo y al llevarlas a la boca estamos facilitando la entrada de organismos perjudiciales a nuestro cuerpo. Si cada vez que tienes la intención de morderte las uñas tienes que ir al baño a lavarte las manos, es muy probable que la pereza de ir, haga que se te pasen las ganas.
6. Usa crema hidratante
Usa cremas o aceites para mantener hidratadas tus manos y tus uñas, de esta manera evitarás que se te rompan y tengas que mordisquearlas para intentar arreglarlas.
7. Ten siempre a mano una lima
Una lima es un accesorio pequeño y que puedes llevar siempre contigo. Si cada vez que ves que tus uñas se han partido o te molestan, tienes una lima a mano para arreglarlas en ese momento no tendrás que morderlas. Además, si ves que están bien cuidadas te pensarás dos veces destrozarlas.
8. Píntate las uñas
Puedes pintártelas tu misma en casa o ir a un profesional para que te las hagan. La cuestión es que tus ganas por no destrozar tu manicura sean mayores que las de morderte las uñas.
Si por culpa de morderlas continuamente tienes las uñas muy cortas, puedes optar por uñas acrílicas o de gel mientras que las tuyas van creciendo.
9. Aplica sabores desagradables
En farmacias y herbolisterías venden esmaltes especiales con un sabor desagradable. Aunque si prefieres un remedio casero puedes refregar un ajo o guindilla por tus uñas.
Cada vez que lleves tus uñas a la boca, su sabor te impedirá que las muerdas, y así conseguirás ir disminuyendo estos deseos.
Aplica el esmalte transparente diariamente y, una vez a la semana, quítalo con tu quitaesmaltes habitual y vuelve a empezar hasta que la onicofagia desaparezca.
10. Usa guantes
Obviamente este paso dependerá mucho de la época del año en la que te encuentres. Pero si hace frío, los guantes serán tu aliado perfecto para evitar que metas tus dedos en la boca.
Si piensas que este truco te puede ayudar pero estás en verano o simplemente no te resultan cómodos los guantes, puedes ponerte tiritas o esparadrapos alrededor de tus uñas.
11. Dividir tu meta en etapas
Si ves que el esfuerzo es demasiado grande, no te desilusiones y lo tires todo por la borda. Puedes dividir este proceso en etapas, como por ejemplo dejar de morderte primero los pulgares y después el resto de dedos.
Muy buenas sugerencias es algo que hay que atender en el presente y continuar practicando. Agradecido.
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